sábado, 26 de julio de 2014

C.- OTRAS PUBLICACIONES Y ESCRITOS MIOS

C.- OTRAS PUBLICACIONES Y ESCRITOS MÍOS.


1.- En el Seminario de Tarazona, por los años 1955, los seminaristas de mi curso publicábamos una revistilla a ciclostil, titulada 'El Folklore', en la que colaborábamos todos los condiscípulos. Varios números.

2.- Durante los años 1957 y 1958, el párroco D. Fermín Ibáñez inició y publicó una ‘Hoja Parroquial Mariana’ -24 números-, con ocasión y en conmemoración del Año Centenario de la Traslación de la Virgen de los Milagros, de su primitivo templo a la iglesia actual. A mí, de seminarista, me tocó escribir en la misma, el Pregón del Centenario y otras colaboraciones.

3.- En Alcubilla de Avellaneda y en San Pedro Manrique, publicamos en ambos pueblos ‘Hojas Parroquiales locales’ -varios números-, entre los años 1959-1960 y 1961-1962, respectivamente.

4.- En mayo de 1968, se celebró el Primer Congreso Nacional de Artes y Costumbres populares, en Zaragoza, convocado por la Institución 'Fernando el Católico'. Al mismo, estando ya en la Universidad, presenté por escrito y expuse la comunicación: "El Paso del Fuego, y la Fiesta de las Móndidas de San Pedro Manrique (Soria)".

5.- En febrero de 1987, se celebró el Primer Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa, en Zamora. Al mismo, presenté por escrito y expuse tres comunicaciones: a) “Cofradía de la Santa Vera Cruz de Ágreda”. b) “400 años de la aprobación de las Constituciones de dicha cofradía”. c) “Capítulos y Ordenanzas de la Santa Vera Cruz y Sangre de Cristo, de la villa de Ólvega. Año 1709”.

6.- El ayuntamiento de Ólvega me encargó la confección del "Programa de Fiestas" de la Villa, en los años 1980, 1981 y 1982. Y, en 1980, fui, además, el Pregonero de las Fiestas.

7.- La "Hoja de la Comunidad Cristiana.- Ágreda", en el nº 12, cambia el orden de su titulación por el de: "Ágreda.- Hoja de la Comunidad Cristiana". Fundada por Manuel Peña, y dirigida por él hasta el nº 12. El nº ‘0’ data del mes de noviembre de 1970. Más tarde, desde el nº 50 al 64 -o sea, durante un año-, me encargué de nuevo de la dirección de la Hoja.

8.- Tengo alguna colaboración en el Boletín Oficial del Obispado de Osma-Soria, por ejemplo, en el número de septiembre-octubre de 1988, sobre "María en nuestra Tierra: Santa María de Osma-Soria". (A propósito del Año Santo Mariano). Otra colaboración, sobre la adaptación de nuestras iglesias a las nuevas normas litúrgicas del Vaticano II.

9.- En abril de 1986, fundé la nueva Hoja "La Voz de Ágreda", como boletín y órgano interno de la Cofradía de la Vera Cruz y de las demás Cofradías, Asociaciones y Movimientos Apostólicos de la Villa. Tras 8 años de existencia, acaba con el nº 52, en abril de 1994.

10.- El año 1966, gané el Primer Premio del Concurso Periodístico "Sor María de Jesús de Ágreda", patrocinado por D. Heriberto Medina, con un artículo publicado en "Heraldo de Aragón", el 5 de noviembre de 1959, titulado: "Ágreda, su hoy y su ayer".

11.- En el año 2005 y nº 32, en la revista del Santuario de Nuestra Señora de Inodejo, nos encargamos de preparar la sección "Taller de Oración" de esa publicación. Y la iniciamos con una supuesta "Carta Abierta de la Madre Ágreda" a todos los lectores de la revista, y amigos y devotos del Santuario de Inodejo, rubricada con la firma autógrafa de la Monja. Cada artículo o Carta se compone de varios textos de la misma Venerable puestos en su boca, promoviendo la devoción a la Virgen y la vida cristiana. De esta forma, se trata de extender asimismo el conocimiento de Sor María de Jesús en la Provincia, y promover su beatificación. Son ya más de 30 las Cartas publicadas.

12.- En "Celtiberia", nº 33, primer semestre de 1967, escribíamos nuestra primera colaboración o artículo, titulado "Las representaciones teatrales del Corpus Christi en Ágreda". Como miembro numerario del "Centro de Estudios Sorianos" (CSIC), vinieron después algunos otros artículos más: Celtiberia, nº 70, nº 71, nº 83, nº 95 (dos artículos), nº 97.

13.- "Florecillas Franciscanas de la Provincia de Soria". Soria 1982. Trabajo mecanografiado e inédito. Ganador del "VIII Centenario del Nacimiento de San Francisco de Asís (1182-1226). Certamen histórico-literario sobre «el Franciscanismo en Soria». El trabajo se halla en propiedad del Convento de PP. Franciscanos de Soria. ("Campo Soriano", 11 de enero de 1983, pág. 4).

14.- He colaborado con artículos especiales en varios "Programas de Fiestas de la Virgen de los Milagros", por ejemplo, años 1968, 1974, 1984, 1986, 2008.

15.- "Programas de Semana Santa": Colaboramos con varios artículos, repartidos entre los años: 1991, 1994, 1995, 1996, 1997, 2000, 2001, 2002.

16.- "Revista de Soria". 1ª época, nº 24 (3º y 4º trimestre 1974): publicamos un artículo, "Ágreda, serranilla del Moncayo". Publicado antes en el "Noticiero" de Zaragoza, el 18 de noviembre de 1967. Y algún otro artículo más se publicó en este mismo medio aragonés.
En la 2ª época, nº ‘0’, pág. 21: "Sobre la Cofradía de la Vera Cruz". En el nº 8, pág. 44: "Paseo turístico por Ólvega". En el nº 12: "Los diablillos y toros en Ágreda, por San Miguel".

17.- Tanto en "Campo Soriano", como en "Soria.- Hogar y Pueblo", publicaba artículos sueltos y variados, como, por ejemplo, "Fiestas en honor de Nuestra Señora de los Milagros. Ágreda 1988". Dos amplias páginas (Soria.-Hogar y Pueblo, 29 -V- 1988).
"Ágreda, en tiempo de la venida de la Virgen de los Milagros", publicado en (Soria.-Hogar y Pueblo), 10 –V- 1972, firmado con el seudónimo Makarios, para un Concurso periodístico local, junto con los otros tres artículos siguientes: "Ágreda, retablo mayor mariano" (26 -IV- 1972). "La Virgen de los Milagros: Estudio histórico-artístico de su Imagen" (18-20 -V- 1972). Y "Curiosidades marianas agredanas".
Días 11 al 20 de mayo: “Ólvega, apretada en torno a su Virgen de Olmacedo” (Soria.-Hogar y Pueblo, 16 y 18 mayo 1980; y Campo Soriano, 17 y 22 mayo 1980).
(En, Soria-Hogar y Pueblo, 28 mayo 1979; y Campo Soriano, 29 y 31 mayo 1980): "Almenar, el Cautivo de Peroniel y la Virgen de la Llana". Pronuncié, además, en esta localidad una conferencia, a propósito del VII Centenario del culto a la Virgen de la Llana.

18.- Dos trípticos: a) "Ágreda, Barbacana hacia Aragón en castellana tierra". Texto y maqueta, seleccionados en concurso público por el M. I. Ayuntamiento de la Villa. Con la colaboración de la Dirección General de Ordenación de Turismo. Año 1976. 9 ilustraciones. Se hizo también una presentación del mismo en lengua francesa.
b) "La Venerable Madre María de Jesús de Ágreda". Año 1991. Patrocinado por la Obra Cultural de Caja Soria, para extender el conocimiento y devoción de Sor María de Jesús. Tiene 3 ilustraciones y fondos difuminados en el texto de dos litografías, con un grabado. También se confeccionó, años antes, un Triduo para invocar a la Venerable.

19.- "Boletín para promover la Beatificación de la Venerable". Fundada en mayo de 1988 por Manuel Peña, y que se extiende hasta la actualidad. Hasta el número 39, diciembre de 2001, fue dirigida por mí.

20.- Y, por último, tuvimos el honor de redactar el informe de la antigua Comisión Diocesana de Arte Sacro, de Osma-Soria, para la debida restauración de la Imagen de la Virgen de los Milagros, con destino a los Hermanos Albareda, de Zaragoza, que fueron los restauradores que la llevaron a cabo.

21.- En 1999, enviamos a "Diario de Soria" un artículo, informando que dos de los siete Mártires Agustinos Recoletos de Motril que se iban a beatificar en ese año, habían estudiado en el Seminario Menor que esta Orden tuvo en Ágreda entre los años 1914 y 1927. Pero nuestra relación posterior con el director del periódico de entonces, no fue ya tan cordial, al negarse a nuestra demanda y justa reclamación de las fotos enviadas para la información gráfica; y, desde entonces, prescindimos ya casi totalmente de tal periódico..

22.- La conmemoración del IV Centenario del Nacimiento de la Madre Ágreda (1602-2002), bien merecía su digna celebración. Pero se empezó a politizar la organización de dicho Centenario, por un solo partido. Y, visto aquello, rehusé pertenecer al Comité ejecutivo del Centenario.
Y, desde aquella negativa mía, empezaron a cernerse sobre mi persona una serie de secuencias inesperadas, por parte de varios políticos del PP, pertenecientes principalmente al Ayuntamiento de la Villa y a la Diputación de Soria, que son los que monopolizaron y se tomaron la cosa del Centenario, como si fuera de ellos, exclusivamente. Se trató de ignorarme completamente, se me orilló y sufrí otras postergaciones; pero lo peor de todo fue la campaña abierta en el Comité ejecutivo, para prohibirme la publicación de ‘Las Sabatinas’, aunque me las habían encargado las Monjas, en nombre de ese mismo Comité.
En dicho Comité, había eclesiásticos; pero nadie dio la cara por mí, y dejaron que se realizaran las cosas a gusto de esos políticos, cuando no las secundaron. Pasé una temporada mala, muy mala. Ningún eclesiástico de la Villa, ni paisano, vino a casa a pasar un rato conmigo e interesarse por lo que me ocurría en medio de todo el fatuo brillo del Centenario. Y tuve que pasármelo solo, encerrado en casa con mi familia. Pero este ignorarme y pasar de largo de mí -menos cuando me necesitaban-, no era algo nuevo entonces, ya venía de tiempo atrás. Yo no debía pasar ciertas rayas de actuación en público, en el pueblo, puesto que aquí no era más que un simple vecino. Y no quiero personalizar más.
Durante el Centenario,  sufrí aislamiento, boicot, ostracismo. Se me hizo el vacío, me sentí postergado y solo. Todos los del Comité estaban en total comunión entre ellos. Sólo yo quedaba solo. Claro que me había excluido yo voluntariamente, al ser el único que advertía de esa politización; y de que se quería protagonizar y mangonear el Centenario exclusivamente por políticos, monopolizando la cosa, como así sucedió en la realidad. Solamente, a los comienzos, estuvo arrimada a mi opinión una Monja agredana, que luego desistió, seguramente ante tanta presión e imposición como vio.
Luego, como todo en el Centenario había sido organizado por los políticos, los actos principales fueron presididos extrañamente también por ellos mismos; y hasta el Sr. Obispo, por ejemplo, ocuparía lugares secundarios en la mesa presidencial.

[Yo no soy nadie para dar consejos, pero les recomendaría para siempre a las Monjas, que, para sus celebraciones y conmemoraciones que tuvieren en lo sucesivo sobre LA VENERABLE, -aunque pudieran resultar dichas efemérides mucho más humildes y recoletas- prescindan por completo de acudir a los políticos aunque lo financien todo, como directores, gestores y organizadores de tales acontecimientos, pues se ha visto que no buscan en sus intervenciones más que su protagonismo y sus fines e ideales políticos, tan ajenos a lo que se intenta en el pueblo sencillo con esas conmemoraciones del Convento. Para confirmar mi razonamiento, basta comparar los resultados del Centenario de 1965, dirigido y bien organizado personalmente por el franciscano de Soria, el entusiasta P. Pínaga como cerebro, secundado por unas pocas personas agredeñas y varios estudiosos e intelectuales de Soria, pero que llegó tanto al pueblo; y la superficialidad, ruido y vacuidad del Centenario de 2002, carente de neto espíritu identitativo-religioso-agredista y falto de interiorización y vivencia popular]

Fue el pueblo de Ágreda, en una piña, y sin tanto ruido, el que celebró junto, por todo lo alto, como suyo propio, sin polítización, el Centenario de su paisana la Venerable en el año 1965. ¡Qué misa  de clausura aquella, nada menos que presidida por el Nuncio de Su Santidad, con aquella su gran Homilía de loores a nuestra Monja. Concelebrada por aquella inmensa corona de sacerdotes –en gran parte agredeños- en el altar. Misa a la que asistió, enviado por Franco que amaba tanto a la Venerable, el Ministro de Justicia, Sr. Iturmendi, cosa poco frecuente en aquellos tiempos. Celebración y fiesta, con asistencia también de tantas gentes venidas a la Villa, de Castilla, Navarra, La Rioja y Aragón, como suelen hacer por la Fiesta de «Los Milagros».
Sin embargo, en 2002, se clausuró sin pena ni gloria, como por libre, sin unidad entre los mismos componentes del Comité organizativo, y sin espíritu. Hubo como dos clausuras: una -medio privada y particular-, la del Sr. Obispo diocesano; y, otra aparte –la oficial- la de los Políticos. Y se apagó y extinguió, sin más, por libre, y ‘como ‘dos por tres calles’, dicho Centenario. Al fin, se había advertido, y se había caído en la cuenta en la diócesis y también entre algunos eclesiásticos reticentes , aquello que nosotros ya habíamos advertido y dicho: la politización del Centenario.
En 1965, el gran fruto del Centenario fue la edición crítica de la MCD, que se pudo llevar a cabo por un equipo franciscano y el P. Solaguren, gracias a una subvención conseguida por el mismo Franco.
Y, en 2002, el gran fruto espiritual del Centenario iba a ser la primera edición de una obra especial de Sor María de Jesús -«Las Sabatinas»-, que son como una especie de ‘Diario Espiritual (1651-1655)’ de la Venerable, cuya publicación la auspiciaba la Diputación Provincial. Pero hubo tres personas -tres personas: dos de Ágreda y una de la Diputación-que, por animadversión a mi persona, tiraron por tierra el gran fruto y proyecto del Centenario, y llegaron a prohibir la publicación de dicha Obra, a la que se habían comprometido. Así que, por sólo tres personas, nos quedamos sin «Las Sabatinas», o sea, sin el fruto principal del Centenario de 2002, aunque el Comité mismo organizador y las Monjas, me había encargado a mí su preparación. Pero mandaban mucho esas tres personas, y se doblegó ante ellas todo el Comité. Que quede esto claro para la historia.
..
Posteriormente [año 2005], sobre todo desde mi anticipada e indebida jubilación sacerdotal, -cinco años antes de tiempo, y de la que no tuve ninguna notificación ni comunicación oficial anterior a ella, por parte de mi obispo, paisano y amigo- empecé a sentirme más aislado todavía, y a experimentar el extrañamiento por parte de la mayoría de eclesiásticos de la Villa y sacerdotes naturales del pueblo. Era aquello de que ‘no se puede servir a dos señores’. Normal. Y de que para salir en la foto, hay que estar con el que manda en ese momento, como así ocurrió en la realidad: salieron todos o casi todos en la foto. Y yo me quedé más solo todavía, en mi soledad.
En aquel  ambiente, pues, nada fácil y hasta hostil para mí, tuve que escribir, el 15 de diciembre de 2002, en el periódico «Heraldo de Soria», un artículo, titulado "Rectificación a un libro del Centenario Agredista". Se habían publicado ya entonces tres libros por parte de dos personajes del Comité organizador, aun cuando no estaban programados: dos eran de Ricardo Fernández -el rectificado- y el otro de Ángel Martínez.
Pero ¿quién había ordenado la publicación de esas tres obras? Lo desconocemos. El caso es que se publicaron; y de “Las Sabatinas” prohibieron su publicación. Sin saber cómo, ni porqué, el autor citado primeramente había aparecido por la Villa -debe ser su costumbre-, y, de rondón, se metió en Comité Organizador, y publicó así sus dos libros.
Estas acotaciones mías a su libro principal, titulado "Arte, Devoción y Política" pueden verse en "Celtiberia", nº 97, p. 215; y en "Cuadernos Agredanos", nº 10, p. 47.
El 24 de diciembre de 2002, se publicó otro artículo mío, titulado "Un borrón en el Centenario Agredista". Y el borrón era haber eliminado y prohibido la publicación de Las Sabatinas, a pesar de que era el único libro que abarcaba y encajaba totalmente los objetivos propios del Centenario; y se prefirieron más bien otras publicaciones colaterales no aprobadas ni previstas anteriormente, pero de autores que no fueran Manuel Peña.
El 25 de enero de 2003, en "Cartas a la Directora" de ‘Heraldo de Soria’, me dirigí al "Comité del Centenario Agredista", para recordar y hacer constar que el P. Martínez Moñux, secretario,  le evitó al Presidente de la Diputación, en la clausura del Año, el no tener que oír la palabra "Sabatinas", porque la secuestró, y no se oyó para nada en el acto esa palabra fatal.
Pero la directora de "Heraldo de Soria", como en Soria capital se conocen todos -políticos y periodistas- y se deben favores entre ellos, procuró no publicar más cosas sobre el caso, aunque se le envió por tres veces un artículo, titulado "La Diputación y la Madre Ágreda" (Ágreda, 12 de mayo de 2003), del que repartiríamos después unas 75 copias.
Pero el que más sabe de todo este afer, es el Coordinador del Comité, Sr. Jiménez Zamora que lo consintió. En carta de 2  de junio de 2002, le rogábamos a éste último, que comunicara al Comité, mi contrariedad por todo lo ocurrido conmigo, y la prohibición de la publicación de Las Sabatinas, en un año de exaltación de la Venerable.
Y, claro que, entre todo ese tejemaneje que estoy denunciando, no aparecen todos los personajes y los mayores responsables de la problemática que presento. Al principio, no supe quién era el responsable mayor de la prohibición de la edición de las Sabatinas; pero, -no me lo podía creer-, no podía ser más que esa persona, ya que estaba tan alta y tenía tanto poder. Pues que siga tan satisfecha de aquella su gran faena que le hizo a la propia Venerable, en el año 2002.
Las Sabatinas no salieron a su tiempo, como fruto ubérrimo del Centenario. Salieron tres años más tarde, porque me empeñé en publicarlas yo por mi cuenta, y regalarles la edición a las Monjas, para su distribución. Pero, queremos preguntar ahora a los señores políticos que prohibieron unilateralmente la publicación de Las Sabatinas. ¿No era tan suyo aquel Centenario, pues, para eso lo habían politizado totalmente? Y a esa persona tan importante agredeña, que prohibió la edición de las Sabatinas, le bailaron el agua un eclesiástico del Comité y otra persona influyente en la Diputación. ¿Adivinanza, adivinanza? Los tres lo saben muy bien quiénes son.
A mí me hicieron polvo, y cambió mucho mi vida, y no a mejor, como habéis podido ver. Y son responsables de tanto como me han hechos sufrir, y del daño moral recibido desde aquellas fechas, por causa de esas tres personas, entonces muy unidas; ahora no sé si tanto.
Y, por último, puesto al habla sobre esta misma cuestión con el Procurador del Común (o Defensor del Pueblo, en León), después de llevarme desde el principio en palabras, al final se pronunció, como no podía ser de otra manera, a favor de la Diputación; o sea, a favor de los mismos políticos que lo habían colocado como funcionario en León, cobrando de ellos mismos, para hacer sólo como que hacía algo.(Su actuación en este caso y en otro caso mío, fue toda ‘amagar y no dar’). Este cargo postizo e inventado para dar de comer a unos cuantos políticos, como otros muchos cargos más de la Autonomía de Castilla-León, urge que sean eliminados cuanto antes, para evitar ser ‘crujidos a pagos’ los pobres habitantes castellano-leoneses.





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